Pocas trilogías tan importantes como la de Bioshock han
podido dejar la generación PS3/360 y, como era de esperar, Take2 se ha puesto
manos a la obra y ha hecho llegar a las tiendas una colección definitiva que se
antoja como una de las golosinas más apetecibles para lo que queda de año.
¿Qué contiene este Bioshock Collection? Pues lo
reglamentario: versiones remasterizadas de Bioshock y Bioshock 2 que alcanzan
por fin los 1080p en consola y los 60 frames por segundo constantes, y la mejor
versión de Bioshock Infinite posible (o casi), que es algo parecida a la de PC
con todas las opciones gráficas puestas en alta calidad.
Tanto para los que ya hayan jugado a cualquiera de las
entregas de la saga como para los ajenos a la saga, diremos que la llegada de
Bioshock a la actual generación es una de las mejores noticias que podían
llegar. Vamos a daros algunas razones.
El primer Bioshock fue un juego revolucionario. Desde su
inquietante argumento, pasando por su cuidada atmósfera, hasta sus invenciones
en el gameplay para un juego tan cardado como es el de los shooters. La llegada
de Jack a Rapture es una de las secuencias más impresionantes que un videojuego
haya podido darnos jamás. Un pasajero que naufraga tras un accidente de avión y
encuentra un faro que le conduce directamente a una ciudad subterránea (con un
estilo “art-decó” brutal) en la que todo el mundo se ha vuelto loco. Su único
vínculo con la cordura serán un par de personajes con los que contactará por
radio, el resto es pura locura: las Little Sisters drenando cadáveres, los
BigDaddies protegiendo a sus pequeñas y los 'plásmidos', alteraciones genéticas
que permiten generar fuego, electricidad o telequinesis (por ejemplo).
Además, la historia acompaña y la narración es simplemente
soberbia. El juego dosifica la información de forma que la aventura no deja de
sorprender hasta un excelente clímax final.
Por decirlo rápido y mal, si estuviéramos hablando de un
remaster del primer Bioshock, la compra sería más que recomendable, pero es que
hay más…
Bioshock 2 simplemente se encargó de mantener el estandarte
bien alto. No se crea un mundo como el de Rapture para cosechar algo de éxito
aislado y caer en el olvido. Cuando se pone tanto empeño y talento en algo, hay
que explotar la gallina de los huevos de oro sin miramiento.
La única forma en la que Bioshock 2 podía sorprender dentro
del mismo entorno era proporcionando un punto de vista diferente al jugador para
la aventura, y así lo hicieron; el jugador se mete en la piel del Sujeto Delta,
un BigDaddie a cargo de una pequeña Little Sister llamada Eleanor.
Evidentemente, gran parte del factor sorpresa se pierde y,
por mucho que un Big Daddy proponga nuevas mecánicas con el mando en las manos,
el juego no deja de ser un shooter. Eso sí, gráficamente Bioshock 2 daba un
buen empujón al mundo de Rapture. Un excelente adición para la colección de
nueva generación, que podría haber quedado ahí. Pero hay más…
Bioshock Infinite es la guinda del pastel. El chocolate
líquido por encima del helado. Un WC limpito después de 48 horas sin ir al
baño. Bioshock Infinite es uno de los mejores juegos que he jugado y, una vez
más, podría haber sido un remaster aislado para esta generación; pero no, es el
tercer juego de una colección excelente que nadie debería dejar pasar.
La historia de Booker Dewitt y Elizabeth en la ciudad de
Columbia es simplemente perfecta. Enviado para rescatar a la chica a una
conflictiva ciudad edificada en el aire, no tardará en aprender que la chica a
la que pretende salvar esconde poderes capaces de alterar el curso temporal que
son la causa de toda la violencia que la ciudad tiene para ellos y de las
medidas de seguridad que se toman para que Elizabeth no consiga escapar, como
Songbird, el pájaro gigante creado para protegerla.
De nuevo escrito y dirigido por Ken Levine, el escritor y
director del primer Bioshock y una mente maravillosa para crear historias tan
aterradoras como absorbentes, Infinite vuelve a jugar con la narración,
contando las gotas de información y suministrándolas en el momento oportuno
para que la historia sea una pregunta continua que lleva a un final memorable.
Técnicamente todavía es más que competente. Algo más de tres
años de vida no es suficiente tiempo para desbancar el entorno gráfico de
Bioshock Infinite, por lo que el remaster de esta versión simplemente se ha
enfocado en conseguir el rendimiento adecuado (lo dicho, 1080p/60 frames),
asegurando que el look estuviera a la altura de la versión PC con todas las
opciones gráficas en alta.
¿Qué más podemos decir de esta colección? Yo creo que la
recomendación de compra queda clara, ¿no? La trilogía Bioshock es historia viva
y nadie debería dejar pasar esta compra. Tres de los mejores juegos de los
últimos tiempos a un precio algo por debajo de lo que acostumbran a pedir las
novedades. Personalmente, no dejaría que pasaran las navidades sin volver a
pisar Rapture o Columbia y, por supuestísimo, si no has jugado alguna (o
ninguna) de estas joyas la recomendación de compra pasa a obligatoriedad.
Fuente: http://los40.com/
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