El juego, creado para realidad virtual, te pone en la piel
de un hombre, profesor de clases particulares, que se relaciona con jóvenes
atractivas y sumisas.
El último juego de Bandai Namco no ha dejado a nadie
indiferente, y en cierto modo, no para bien. Summer Lesson es un juego de
realidad virtual con una temática que se está explotando demasiado de un tiempo
a esta parte. En el juego, tu rol es el de un hombre, profesor de clases
particulares en verano, que desde la posición de superioridad y dominancia que
le da el ser hombre, articula y se relaciona con jóvenes, atractivas y sumisas
alumnas y de sonrisa fácil. Vamos, nada fuera de lo normal por estos lares.
Con esto, si se juega al juego, no parece dañino en
apariencia, sin embargo, si sabemos darnos cuenta, Summer Lesson es una
plataforma más para que los hombres, que supuestamente son los que más juega a
videojuegos, recreen sus fantasías sexuales de poder, haciendo que, una vez
más, la mujer se vea como un objeto al que hay que sexualizar hasta el extremo,
porque sino no sirve para nada.
Este juego es uno más en la larga lista de títulos en los
que la mujer solo cuenta con un papel secundario, atado siempre al hombre
protagonista, y sin el que ella no es nada. Summer Lesson es una razón más por
la que la industria de los videojuegos debería hacer autocrítica en la forma
que tienen, en general, de tratar la figura femenina, devaluándola hasta
límites ridículos, no dándole la importancia que debería y dejándola como un
simple objeto que los hombres pueden usar a conveniencia.
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