Mañana se cumplirá un año de la llegada a las tiendas de
Nintendo Switch. Un año extraordinario para el mundo del videojuego (pese a ciertas
lagunas) en el que la consola híbrida de Nintendo ha tenido un papel
fundamental, cuajando uno de los mejores catálogos de estreno que se recuerdan
en la industria.
Hoy, catorce meses después del evento de presentación,
Nintendo Switch acumula más de 15 millones de consolas vendidas y es un rotundo
éxito para la marca; menos de un año le ha servido para sobrepasar las pírricas
ventas de Wii U, la que ya es uno de los grandes fracasos de compañía. ¿Los
motivos? Algo tan sencillo como complicado de conseguir: un hardware cuyo valor
diferencial tenga sentido y encaje en el mercado y un catálogo de exclusivos lo
suficientemente extenso y sobresaliente.
Concepto y catálogo, motivos del éxito
Sobre estos dos pilares se ha construído el notablemente
exitoso primer año de la consola. El concepto de aunar portátil y sobremesa en
un mismo dispositivo olía a jugada ganadora desde el inicio y es que reunir
todas las franquicias y estudios de Nintendo en un mismo catálogo parece un
movimiento infalible. Así, doce meses han valido para saber que franquicias
eminentemente portátiles como Pokémon o Fire Emblem llegarán a Nintendo Switch.
Parece que el aterrizaje de otros gigantes como Animal Crossing es tan solo
cuestión de tiempo.
Y ahí está el gran pilar: Nintendo Switch es, según
Metacritic, la plataforma con un mejor catálogo durante su primer año de vida.
Más allá de cifras y notas medias, que una consola reciba algunos de los
mejores juegos del año e incluso de la historia, como The Legend of Zelda:
Breath of the Wild y Super Mario Oddyssey, en su primer año de vida parece ya
suficiente para situarse en lo más alto del top ventas. Pero si además se
completa dicha biblioteca con títulos como Xenoblade Chronicles 2, Splatoon 2,
Mario Kart 8 Deluxe, ARMS o Pokkén DX Tournament se entiende rápido la
situación actual de la máquina y las cifras de ventas de la plataforma y sus
videojuegos.
Asimismo, pese al punto negro que supone la notable ausencia
de apoyo third party de algunas grandes compañías o las versiones menores de
títulos multiplataforma, Switch también se ha erigido como una plataforma
perfecta para los desarrollos independientes donde han triunfado Stardew
Valley, The Binding of Isaac o el omnipresente Minecraft entre muchos otros. En
total son más de 400 videojuegos los que la consola ha recibido en estos doce
meses.
Precios y planificación, grandes sombras
Pero no todo en el primer año de Nintendo Switch ha sido
brillante. Si minutos después de la presentación oficial destacamos los
elevados precios de la máquina y sus periféricos o un apartado online nada
definido, esos mismos errores han sido los principales escollos de la consola
en su primer
Es indudable su condición de éxito de ventas pero los 330€
que sigue costando Nintendo Switch suponen un precio algo descompensado. Lo
mismo ocurre con periféricos como los Joy-Con o el Pro Controller, en los 80€ y
70€ respectivamente. Comparar estos precios con la competencia directa de la
consola sigue dejando claro que Nintendo sigue apostando por sobrevalorar
ligeramente sus productos. Igual ocurre, por ejemplo, con algunos de sus
juegos: ya sea por el elevado coste de los cartuchos o por otros motivos, un
port como Donkey Kong Tropical Freeze tiene un precio oficial de 59,99€, siendo
más caro que el juego original de Wii U en su lanzamiento o que ejemplos de lo
que debería ser un remake o remaster como Shadow of the Colossus para PS4.
E igual que lo lógico es volcar de alabanzas el catálogo de
los primeros nueve meses de la consola, tan justo es remarcar que el inicio de
2018 está siendo mucho más tibio a nivel de exclusivos y desarrollos propios.
El baremo de la compañía a la hora de seguir su promesa de lanzar un gran
título al mes es del todo criticable y lo anunciado para la primera mitad de
año contempla un nuevo port de Hyrule Warriors, una versión remasterizada de
Dark Souls (notablemente inferior técnicamente a sus rivales), un prometedor
Mario Tennis Aces o un Kirby: Star Allies que parece algo intrascendente,
habiendo podido probar su versión de demostración. El listón estaba muy alto
pero, a falta de la llegada de pesos pesados como Pokémon o el nuevo Metroid
(que parece estar desarrollado por Bandai Namco), la consola está perdiendo
mucho gas a este respecto.
El apartado online, cuenta pendiente
Pero si hay un elemento del que es difícil sacar algo en
positivo de la consola durante su primer año de vida es todo lo relacionado a
su componente online. El crear infraestructuras de juego en línea a la altura
de la competencia y los tiempos que corren nunca ha sido el fuerte de Nintendo
pero todos esperábamos un profundo cambio a este respecto.
Por ello, que se anunciara la existencia de un servicio de
suscripción de pago á la PS Plus o Xbox Live, tenía su lado bueno y malo;
ahora, doce meses después, ese servicio ni siquiera está cerca de aterrizar en
la consola y los jugadores de Nintendo Switch tenemos que seguir lidiando con decisiones
tan arcaicas e incómodas como los códigos de amigo.
Mención aparte merece el estropicio perpetrado a la hora de
crear el sistema de charlas de la consola, obligando sin rubor a utilizar
simultáneamente una aplicación de iOS y Android creada para tal fin. Hablamos
de una consola cuyo valor esencial reside en la capacidad de ser portátil que
complica un proceso tan sencillo (y que lleva más de una década en la industria
del videojuego) y que ha llevado a una enorme cantidad de jugadores a optar por
utilizar servicios como Discord desde sus smartphones.
Todavía hoy, como decíamos, no está nada claro el precio o
la fecha definitiva de llegada de Nintendo Online así como ventajas asociadas
como esos posibles juegos incluídos con la suscripción. También hoy, un año
después, hablamos de una consola que no permite almacenar partidas guardadas en
tarjetas SD o la nube, cuyas opciones de streaming son ridículas y cuya oferta
multimedia es prácticamente nula.
¿Habrá revisión?
Nintendo es conocida por su tendencia a renovar, de forma
constante y en ocasiones exagerada, sus plataformas portátiles. Sin ir más
lejos, Nintendo 3DS cuenta ya con nada más y nada menos que cinco revisiones
(desde 3DS XL hasta la reciente New 2DS XL). En cambio, no suele ser costumbre que,
como puedan hacer Sony y Microsoft, revise sus consolas de sobremesa (con
alguna salvedad como esa postrera Wii Mini).
¿Qué estrategia seguirá con Nintendo Switch? Es de esperar,
por el éxito y por la filosofía adoptada, que la consola híbrida siga el camino
de las portátiles y recibamos una versión mejorada en un tiempo: las primeras
revisiones de Nintendo DS y Nintendo 3DS llegaron 15 y 16 meses tras el
lanzamiento respectivamente.
Los puntos a mejorar son muy evidentes: la pantalla, que
debería crecer mediante la eliminación del gran marco negro, y la batería, que
no supera las dos horas y media en según qué videojuegos. Más allá, el futuro
de Nintendo Switch es prometedor: Pokémon, Metroid o Bayonetta 3 están en
desarrollo y en apenas unas semanas se estrenará la curiosa iniciativa de
Nintendo Labo.
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