Call of Duty es una de las franquicias de más éxito en la
industria del videojuego. Su dominio es claro, con tres estudios trabajando
para lanzar año tras año una nueva entrega bajo el amparo de Activision
Blizzard, el gigante que pone el dinero. Y aunque les va muy bien con este
modelo, parecen aspirar a más, de ahí que quieran llevar su gran franquicia a
las pantallas de cine.
Según publican en The Guardian, los dos principales
responsables de este proceso son Stacey Sher y Nick van Dyk. La primera ha sido
una figura clave en las producciones de Quentin Tarantino (ha sido productora
de Pulp Fiction, Django Desencadenado y Los Odiosos Ocho), mientras que el
segundo es uno de los padres del Universo Cinematográfico de Marvel y también
ha jugado un papel clave en el desarrollo de las nuevas películas de Star Wars.
Parece que el objetivo con Call of Duty es emular a Marvel y
Disney en el cine: coger productos con un grupo de fans muy específico y
adaptar unos personajes conocidos y carismáticos para contar historias de todo
tipo.
El cine parece la pantalla más evidente para este
desarrollo, pero la compañía no descarta usar Call of Duty también para saltar
a la televisión. Dado que los videojuegos se han ambientado en varias épocas y
estilos, desde el realismo de la Segunda Guerra Mundial hasta el presente
distópico, pasando también por el futuro de ciencia ficción; la empresa ve
opciones de sobra para desarrollar la franquicia por múltiples frentes y
formatos.
Por último, Activision Blizzard tiene en su propiedad otros
videojuegos muy conocidos, entre los que actualmente destaca Overwatch. Dada la
gran comunidad online construida en torno a estos juegos, y puesto que la
historia de sus personajes se cuenta con cortes de animación de muy alta
calidad, que estos vídeos se lleven a la gran pantalla como una película parece
probable.
Pese a las intenciones de la compañía, los resultados en
este campo no están asegurados por muy grande que sea la empresa detrás.
Warcraft, una película con un director de prestigio (Duncan Jones) y basada en
una propiedad de Activision Blizzard, fue un fracaso en cines. Y durante años,
la adaptación de franquicias de videojuegos al cine nunca ha tenido demasiado
éxito.